La expedición de paralímpicos valencianos emprendió ayer rumbo a Pekín - previa escala en Barcelona-, casi en la intimidad. Sólo familiares y amigos fueron a despedirles en la estación del Norte. Resultaba sorprendente - más de uno lo confesó -, que ningún representante de las instituciones valencianas arropara el acto. Especialmente cuando horas antes, por la mañana, la infanta Elena, la ministra de Educación, Política Social y Deporte, Mercedes Cabrera, y el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky habían despedido a parte de la delegación española. Cierto es que hace unas semanas el presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, recibió a todos los olímpicos valencianos en el Palau, pero ayer las ausencias fueron significativas.
Pese a ello, sonrisas, caras de ilusión y, sobre todo, muchos nervios pudieron verse ayer por la tarde en la Estación del Norte de Valencia. Las camisetas con los colores de la bandera española les delataban, allí estaban los deportistas adaptados de la Comunitat Valenciana despidiéndose de sus familiares y listos para salir hacia Barcelona. Sólo dos faltaron a la cita, el jugador de boccia José Vaquerizo y el nadador Toni Mar.