Doctor Honoris Causa por la Universidad Politécnica de Valencia. Investido el 30 de octubre de 1998
Quiero que mis primeras palabras sean para loar al acreedor de la medalla de la Universidad que hoy hemos entregado: el General Gutiérrez Mellado, al que se le ha reconocido su lucha por la libertad y por la defensa del Estado de Derecho. Sin embargo, al General Gutiérrez Mellado le adornaban mil virtudes y mil actos concretos, cualquiera de ellos, acreedores del más alto honor. No eran menores, su valor, su prudencia, su sabiduría, su sentido de Estado, su amor a España, su espíritu democrático, su ética personal. Tened, señora, la seguridad que para muchos de nosotros no desaparecerá la memoria de ese hombre enjuto y austero, con un corazón que no le cabía en el pecho.
D. Adolfo Suárez ocupa ya un preeminente lugar en la Historia Contemporánea de España. Una parte de esa Historia, incluidos los renglones, la escribió él. Y nuestra realidad hoy es directa e inexorable consecuencia de la música que él compuso y de como dirigió tal partitura. No hay que ser muy sabio para imaginar que pudo haber habido otros escenarios finales, ni para suponer que muchos de dichos escenarios no hubieran sido nada deseables. Tuvimos los españoles mucha suerte con D. Adolfo Suárez. Tuvo el acierto de usar la autoridad, y la tolerancia, la perspectiva del futuro y la visión de lo cotidiano, la juventud y la madurez , la sabiduría y el espíritu del riesgo, el jugar, el dejar jugar y el dar juego, tuvo el acierto, digo, de usarlos en sus justos términos, en su justa medida. Y aún le quedó talento para introducir un sentido estético y transcendente a sus actos. Tuvimos mucha suerte entonces y tenemos mucha suerte hoy. D. Adolfo Suárez llena un acto de inauguración de curso, llena un curso entero, llena una Universidad, llena toda una Historia de un pueblo.
En un país que durante más de siglo y medio no ha podido cerrar su proceso de constitucionalización, en un país que desde 1.808, año de la constitución de Cádiz, a 1.978, se cuentan hasta 102, entre golpes de estado y asonadas, la transición, la primera transición hacia la democracia fue, sino con cero defectos sí, estoy seguro, la mejor posible, como muy acertada ha sido a propuesta de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales, la decisión de esta Universidad de hacer Dr. Honoris Causa a D. Adolfo Suárez . Él fue el artífice que lideró la transición hacia la democracia que hicimos entre todos los españoles. Él fue el que sufrió en sus carnes, en este proceso los mayores e injustos golpes. Sin embargo, es a la propia democracia a quien le corresponde el materializar cada día, el eficaz y sutil ajuste fino, que alimenta el sabio y arriesgado funcionamiento de las Instituciones. Ajuste fino, que hace hacer y existir la cultura cívica, delicado y meritorio ejercicio de derechos y deberes. Meritorio, porque no se trata únicamente del ejercicio democrático de tales derechos y deberes, sino de los que corresponden hacer en cada lugar y, fundamentalmente y sobre todo, en cada tiempo.
Mis felicitaciones también a los nuevos doctores. Representáis ser la búsqueda del conocimiento, lo que da sentido a una Universidad. Como da sentido a una Universidad, a esta Universidad, que el discurso inaugural lo haya hecho nuestro Presidente del Consejo Social y Presidente, a su vez de los Empresarios Valencianos, D. Rafael Ferrando, y da sentido, porque la función objetivo de una Universidad es ayudar en tiempo real a la sociedad real, no incordiar en tiempo pasado a una Sociedad inexistente.
La Sociedad nos manda a sus hijos, los que tiene, los mejores de los que tiene, para que les iniciemos en este último acto, casi irreversible, de empezar a jugar a la vida. Esto significa tres cosas: Primero que la formación que les impartamos aquí ha de ser tal que, después de cursados sus estudios, el joven ha de poder integrarse activamente en la Sociedad. La formación, pues, ha de estar muy en consonancia con las necesidades de empleo y con la generación de empleo, En segundo lugar, significa también que dicha integración ha de mostrarse y notarse positivamente, es decir, ha de incorporar valor añadido al lugar donde está, a su entorno, y, finalmente, asimismo significa que la formación que el joven reciba ha de ser tal que le permita entender el mundo en que vive, un mundo en el que no existe terra incógnita, terra impenetrable, y en donde todos estamos legitimados para usar tal espacio, un mundo donde no existe coartada para ignorar, pues es hoy la información, después del aire que se respira, el valor global más democrático que existe.
Esta y no otra es la función objetivo. Y a este reto, a esta exigencia de la Sociedad se han de supeditar todos nuestros esfuerzos, todos. Lo contrario es una traición hacia la Sociedad, de todos, también de nosotros. Esta Universidad es, seguramente, uno de los pocos sitios en donde decimos lo complejo con palabras sencillas, con las palabras justas, por incómodas que estas sean. Por eso podemos decir y decimos que, para cumplir adecuadamente esa función objetivo, queremos y necesitamos recursos, recursos convenidos, conveniados, a los resultados que se establezcan, con contratos programas, con pactos de caballeros, si es necesario, pero también los recursos que en derecho, y sobre todo en derecho comparado hacen funcionar a un Sistema Público Universitario moderno.
Queremos como Institución que se legitime y dignifique nuestra tarea. Eso significa, ser actores corresponsables en la definición del modelo, ser acreedores de la confianza para la ejecución del trabajo y hacerlo con los instrumentos necesarios.
"Lázaro tú me engañas dijo el ciego al lazarillo de Tormes, porque habiendo acordado comer una uva tú y otra yo, yo las comía de dos en dos y tú callabas".
Es una Sociedad de ciegos aquella, que todos engañan a todos, por que todos creen comer las uvas de dos en dos y todos callan.
Come las uvas de dos en dos quien cree que la formación previa a la Universidad ha de ser manualidades, tomillo y romero i ambrosies. Come las uvas de dos en dos quien cree que en la cabeza de un alumno universitario de hoy cabe cualquier cosa, sea obsoleta, inútil, partidista o jurásica. Come las uvas de dos en dos quien cree que la formación de los jóvenes es esencialmente obtener el título universitario y esperan que la realidad se adapte a tal modelo, y si no es así pues peor para la realidad. Come las uvas de dos en dos quien cree que únicamente con salarios, electricidad y lágrimas se puede financiar a una Universidad moderna para que cumpla la tarea que debe hacer.
Alguien nos debiera decir a todos los ciegos: Hágase la luz. D. Adolfo Suárez vuelve.
Senyor president de la Generalitat, distingides autoritats, estimats membres de la comunitat universitària, és la nostra una universitat acostumada, des de sempre, al treball silenciós i responsable, acostumada a guanyar-se l'afecte diari i solidari de la societat real, acostumada a obrir nous camins i a conviure amb l'escàndol que produeix la nostra forma de ser, la nostra heterodòxia, en aquells en què un bon dia se'ls va parar el rellotge de Sol.
Us demane que continuem així, no hi ha pau gratuïta, però tampoc guerres rendibles. Fem amb el nostre treball un curs de pau.
Moltes gràcies
Os pido que sigamos así, no hay paz gratuita, pero tampoco hay guerras rentables. Hagamos con nuestro trabajo un curso de paz.
Muchas Gracias.