Doctor Honoris Causa por la Universidad Politécnica de Valencia. Investido el 19 de enero de 2005
Como bien sabéis la investidura de doctor honoris causa tiene una doble vertiente. A su través nuestra universidad ofrece testimonio público de su reconocimiento de los méritos que concurren en el doctorando al tiempo que lo integra en nuestra comunidad al designarlo como uno de los más distinguidos entre los nuestros para contar con su tutela, su apoyo, su testimonio y su saber
Un acto de investidura de doctor honoris causa está enaltecido, por tanto, por la emoción de compartir. Es un acto hermoso y no sólo en lo formal, sino especialmente en el fondo Es un acto de generosidad y mutuo reconocimiento que se hacen públicos y en público para dejar constancia, sin lugar a dudas, de cuanto una institución valora una trayectoria personal y como la persona, a su vez, valora la institución y su proyección en la sociedad. El nuevo doctor o doctora, persona de excepcional relieve, nos dice con su aceptación que conoce, reconoce y estima nuestros valores como institución universitaria, por lo que quiere contarse entre los nuestros tanto como nosotros conocemos, reconocemos y estimamos su prestigio, profesionalidad y magisterio al quererle contar entre los nuestros.
Pero en el caso de las investiduras de hoy el acto contiene en si mismo un valor simbólico más. Don Luis Blanes y doña Amparo Rivelles son dos figuras de referencia en los ámbitos de la composición musical y el arte dramático respectivamente, en los que vienen desarrollando sendas brillantes trayectorias.
Sabéis que la Universidad Politécnica de Valencia valora tanto ambas disciplinas del arte que viene trabajando desde hace tiempo para elevarlas a la categoría de titulación universitaria nuevamente. Es deseo de nuestra universidad que en eso, como en tantas otras cosas, es pionera también entre las de España para dar carácter universitario a la formación de músicos, actores y profesionales de la danza. No se están escatimando esfuerzos y nos encontrarnos, entendemos y esperamos, en una etapa avanzada del camino administrativo que hay que recorrer en esa dirección.
Nuestra universidad, enriquecida en su día con la incorporación de las Bellas Artes complemento humanístico perfecto de la ciencia y la tecnología, desea ahora sumar a su conocimiento y docencia las artes escénicas: música, danza y arte dramático tan arraigadas en nuestra Comunidad y que tantas y tan destacadas figuras ha producido.Es el estudio y la investigación lo que nos permite el redescubrimiento de nuestros propios artistas (como la guitarrista Josefina Robledo), las raíces de nuestra música popular o penetrar en el mundo de intentar descubrir qué es la música. Estamos rodeados de música y, tanto si personalmente la valoramos como si no, juega un cierto papel en nuestras vidas. En la medida en que forma plenamente parte del mundo social, hasta los antropólogos habrían de querer dar cuenta de ella. Los antropólogos nos recuerdan que la música nos conduce a plantearnos algunas cuestiones fundamentales sobre la naturaleza de la humanidad. Se han hecho estudios de música sobre los más variados puntos de vista -la musicología, la teoría musical clásica, la historia social, la crítica musical, el folklore, la educación, la psicología, por mencionar sólo algunos-. Entre todas estas perspectivas, ¿qué podría ofrecer una licenciatura en música? En primer lugar, abrirnos a otros horizontes, dejando de lado a los analistas que consideraban que sólo la música dentro del estilo europeo clásico establecido merecía realmente la atención. Luis Blanes ya ha intentado resolvernos algunas claves en su magnífico discurso. En la música, como en cualquier otro arte no se pueden establecer jerarquías. Otra cosa es el tema del gusto. Debemos vencer estereotipos erróneos del pasado como la asunción (extendida tanto en el saber popular convencional como en el trabajo teórico de autores como Adorno y su influyente tradición) de que la moderna "sociedad de masas" deja poco o ningún espacio para la creatividad local y personal; de que los participantes pueden ser considerados como meros alienados, moldeados culturalmente por los medios de comunicación masivos.
De ello, Amparo y Luis, sois vosotros el mejor exponente. Por eso, vuestra incorporación precisamente ahora a la ya ilustre nómina de doctores honoris causa de la Universidad Politécnica de Valencia tiene más que nunca un carácter ejemplificador y necesario Seréis espejo y estímulo para los jóvenes que quieran seguir vuestros pasos a través de la formación que les ofrecemos y aportáis a la universidad el incalculable valor de vuestra experiencia, reconocimiento y prestigio
No voy a extenderme en glosar vuestras respectivas personalidades de dilatado y brillante currículum, tarea que ha correspondido a vuestros padrinos académicos que lo han desarrollado ejemplarmente. Simplemente quiero dejar constancia de la admiración que todos sentimos ante vuestras trayectorias humanas y personales y vuestras aportaciones, siempre innovadoras, a las artes a las que habéis consagrado vuestras vidas. Por ello como espectadores agradecidos y enriquecidos os damos las gracias. Una gratitud que quiero ampliar como miembro y rector de esta universidad politécnica de Valencia por haber aceptado formar parte de ella en su estamento de honor. Sed bienvenidos