Doctor Honoris Causa por la Universidad Politécnica de Valencia. Investido el 12 de diciembre de 2003
El día 31 de Mayo de 1.988 tuve el honor de investir al primer Dr. Honoris Causa de esta Universidad. Fue el Maestro Rodrigo y fue al inicio de la primera legislatura, regida por la llamada L.R.U., primera Ley democrática de Universidades, desde hacia muchos años. El Solemne Acto se celebró en el Palau de la Música. La investidura tuvo una segunda parte en el que se interpretó, el concierto de Aranjuez por la orquesta municipal, acompañada del gran guitarrista Narciso Yepes. Desde entonces, siempre que he podido, he aspirado a que nuestros Doctores fueran propuestos e investidos, más que por sus méritos en la Academia y en lo académico, por los méritos conseguidos en la Universidad de la vida. Por aquí han pasado, entre otros, brillantes representantes de tal meritorio sobrevivir, Valentina Tereskova, Alicia Alonso, Monserrat Caballé, la Princesa Muna, el Cardenal Tarancón, Rafael Alberti, Emilio Attard, Cousteau, Adolfo Suárez, Saramago, Vicente Ferrer, Berlanga... Ellos son, entre otros muchos recipiendarios de la más alta distinción que una Universidad puede otorgar.
Hoy tenemos el honor de poder otorgarla al Excmo. Sr. D. Luis Jiménez Lorente cuyos relevantes méritos han sido justamente glosados por el Profesor Chueca. El ya Dr. por causa de honor, Excmo. Sr. D. Luis Jiménez Lorente, es un excelente ejemplo de esa Sociedad viva a lo que nos debemos, y si los censos de Doctores Honoris Causa, admitieran, que afortunadamente no lo admiten, etiquetas, yo propondría y pondría al Dr. Lorente en lo que antes me he referido como Universidad de la vida, y lo pondría porque sus dos grandes aportaciones desde y hacia la Sociedad, a toda la Sociedad, son de tal valor intelectual y tan necesarias hoy por hoy (y mañana por mañana) que hay que destacarlas cinceladas en piedra, si fuera necesario, en este Paraninfo, para que no se nos olviden nunca.
Me refiero, en primer, lugar al mecenazgo, uno de las más nobles expresiones, aunque no la única, que dan legitimidad a la riqueza. Una Sociedad tiene que abrir caminos para que la mayor potencialidad y fuerza de sus miembros pueda ser expresada, ya que es enfermizo hacer que una Sociedad camine al ritmo del que menos corre, del menos rápido, del menos emprendedor. Sin embargo, cuando alguien tiene el privilegio de que su esfuerzo fructifique notoriamente, la legitimidad de este estatus solo se consigue retornando a la Sociedad los frutos de los frutos de ese esfuerzo. Se podría decir con otras palabras: La Sociedad abre caminos y da facilidades para el que más corre corra más, pero a condición de que el privilegiado corredor lleve en ese viaje al futuro, a su hermano menos favorecido. Esa ideología, ese principio, es uno de los motores y pilares de las sociedades avanzadas. Esa es la grandeza del mecenazgo. Esa es la grandeza de D. Luis Giménez Lorente que hace retornar a la Sociedad o trae a nuestra Universidad los frutos de los frutos de su esfuerzo. Para que el hermano menos favorecido, en este caso alumnos y profesores, participen de los éxitos por él logrados
Y la segunda de las aportaciones de D. Luis Giménez Lorente, es la que tiene que ver con la naturaleza de su legado. Su legado es, para el que no lo sepa, Patrimonio de la Humanidad. La garantía de supervivencia, de sentido, de alegría, de todo este Patrimonio, no es el de estar oculto bajo siete llaves, ni ser adorado por un solemne adorador, ni gemido por un plañidero profesional El Patrimonio de la Humanidad está para ver la luz, toda la luz, la de hoy y la de mañana, y hacer con nosotros el viaje al futuro. Ayudándonos y ayudándose. El Patrimonio que D. Luis Giménez Lorente, nos ha legado tiene más legitimidad, más alegría, más futuro, más influencia, más poder, más respeto social y es más querido después de su donación a la Universidad Politécnica de Valencia, después de permitir que lo pueda ver el mundo entero, después de la exposición que hemos inaugurado y después de que la Universidad felicite la Navidad, como así lo vamos a hacer, con la reproducción de un mapa..., y después de todo lo que pensamos hacer si Dios quiere y si le da salud al Profesor Chueca y a su maravilloso grupo de héroes-colaboradores.
Muchas gracias D. Luis, a partir de ahora compañero a perpetuidad en este Claustro. Vd. acaba de abrir un camino de posibilidades incalculables.
Muchas gracias