Doctor Honoris Causa por la Universitat Politècnica de València. Investido el 24 de mayo de 2008
Majestad, Molt Honorable amigo Francisco Camps, Magnífico Rector, señoras y señores, muchas gracias a todos por su presencia en este acto para mí tan importante y emotivo.
Importante y emotivo por el honor, el privilegio y la confianza que en mí ha depositado la Universidad Politécnica de Valencia, título que, evidentemente, me llena de orgullo y satisfacción; pero que, además, siento muy especialmente porque supone el fortalecimiento del vínculo afectivo y artístico que, desde ya algunos años, mantengo con Valencia y su mediterránea Comunitat Autónoma.
Valencia y sus personas ocupan lugar clave, esencial, en mi vida y en mis afectos. Desde el primer momento, cuando hace ya casi diez años Helga Schmidt me habló del proyecto del Palau de les Arts, cuando entonces vine a Valencia y conocí al President Camps y a mi amigo Santiago Calatrava, sentí la convicción de que aquí, en esta tierra milenaria surcada y forjada por tantas culturas, en la misma orilla del Mare Nostrum, se gestaba un núcleo fundamental de cultura y arte.
Valencia es una metrópoli en gran desarrollo. También musicalmente. Su bien conocida tradición musical, sus bandas y sus certámenes, sus músicos que tocan en orquestas de medio mundo, personifican una cultura musical que ahora fructifica en el Palau de les Arts, pero que también, desde hace 25 años, cuida y proyecta el Palau de la Música, por el que han pasado y pasan las mejores orquestas y directores internacionales.Desde el primer momento creí firmemente que Valencia y la Comunitat Valenciana son un enclave privilegiado; una sociedad creciente que, desde la tradición y la asunción de sus propias identidades, forja un futuro dinámico y esplendoroso, de vanguardia y de proyección de cultura y arte. Sentí con íntima convicción que el Palau de les Arts -tan acertadamente denominado "Reina Sofía"-, era el espacio que simboliza y en el que cristaliza este momento irrepetible de la historia de la Comunitat Valenciana. Comprendí, también, que Valencia y su entorno privilegiado eran el lugar ideal para materializar en óptimas condiciones mis sueños de músico.
La presencia de Helga Schmidt como Intendente y Directora Artística en el Palau de les Arts me aseguraba, además, el poder trabajar con un altísimo nivel artístico y en un entorno propicio y amigo. Yo había colaborado con ella en Londres, en la Royal Opera House. Desde los años setenta, cuando la conocí, hemos compartido hermosas experiencias artísticas y humanas que aquí hemos revalidado con el Fidelio que inauguró la escena del Palau de les Arts en octubre de 2006; luego con El oro del Rin y La valquiria, y ahora con la Turandot que estrenamos esta misma tarde y con el Siegfried en el que con tanta ilusión andamos enfrascados junto a La Fura dels Baus.
Hoy, día feliz en que me convierto en doctor honoris causa de esta Universidad Politécnica, estoy convencido de mi acierto al confiar en un proyecto que entonces, hace ahora diez años, era el sueño y la ilusión de unos pocos.
Después de dos años de involucrarme formalmente en el Palau de les Arts y con todo lo que este edificio emblemático diseñado por mi buen amigo Santiago Calatrava representa; de surcar y frecuentar las calles y los lugares de Valencia; de haber establecido vínculos personales con tantos valencianos, me siento felizmente próximo a esta ciudad. Estoy muy orgulloso, francamente satisfecho de estar tan vivamente implicado en este estupendo Palau de les Arts, y de ser Presidente del Festival del Mediterrani.
El mensaje de la cultura en el sofisticado mundo contemporáneo es especialmente relevante. Para conciliar pensamientos, ideologías y limar diferencias, el arte y la música en particular son elementos que aproximan personas y sentimientos, sensibilidades y divergencias. Creo firmemente en la música como instrumento de paz y fraternidad.
València és, hui més que mai, un lloc on florixen la pau i la fraternitat. Moltes gràcies a tots.