D. Francisco Fernández Ordóñez fue nombrado doctor "Honoris Causa" por la Universidad Politécnica de Valencia el día 16 de julio de 1992, un mes antes de su muerte y cuando nadie podía imaginarse que no fuese a vivir cien años más, trabajando incansablemente como el hacía. Fue esta una decisión pensada, meditada, pero fácil de tomar. La razón fue que D. Francisco Fernández Ordóñez nos pertenecía; era ya parte de la historia de España y por tanto nos pertenecía a todos los españoles. Era patrimonio nuestro y éramos tributarios, de él y con él, del mismo arroyo. Pocas decisiones tan lúcidas, como su nominación, se han tomado en esta Universidad. La decisión fue adoptada, por su discurso y su praxis permanente, a favor de la paz. Trabajar por la paz, es el acto de cultura por antonomasia. No hay confrontación rentable. Don Francisco Fernández Ordóñez fue un infatigable y realista trabajador de la paz entre los hombres y entre los pueblos. Esta es la razón por la que nuestra universidad le distinguió con su más alto honor.
En esta Universidad, señora, solemos decir que la vida de un niño vale más que el Quijote y que la novena sinfonía juntos, pero como un millón de millones de veces más. Esto también lo sabía D. Francisco Fernández Ordóñez, sabía que la guerra es el sumo acto de incultura. Y sabía que el diálogo era el mejor aliado de los débiles, de los inocentes.
D. Francisco Fernández Ordóñez no pudo recibir en vida la investidura, probablemente porque hacía más falta en las estrellas. Pero hoy, Vd. Señora, puede dar fe de que su obra y su memoria han sido reconocidas. Reconocidas en la Universidad. En la Casa de la Cultura por excelencia. Como otros "Honoris Causa", también una calle de esta Universidad perpetuará su nombre.
