Si nuestro objetivo fuese hoy estrechar las relaciones entre el Japón y la Universidad Politécnica de Valencia, no podríamos haber elegido mejor procedimiento que el de conceder el nombramiento de doctor "Honoris Causa" al honorable Doshu Kisshomaru Ueshiba.
Si nuestro interés fuera ensalzar el deporte, el acto de hoy estaría justificado. Pero como muy bien se encargan de recordárnoslo los mismos Aidokas, esto no es solo un deporte, es una filosofía de vida. Y como a veces, por licencia en el lenguaje llamamos filosofía a todo aquello que no se entiende, hemos de aclarar que la lectura que hacemos cuando oímos "una filosofía de vida", refiriéndose al Japón, quiere decir que la cultura oriental es varias veces milenaria y distante, impenetrable quizás. Pero los enigmas desaparecen si se entienden los hechos producidos, y los hechos que avalan a oriente son épicos. No son hechos triviales, ni inocentes. Son hechos de cultura de dioses.
Valencia ratifica hoy, con este homenaje, lo que ha sabido desde siempre. No en balde, cuando en Valencia se mira el mar Mediterráneo se mira también a oriente desde donde nos llega el sol.