Doctor Honoris Causa por la Universidad Politécnica de Valencia. Investido el 11 de octubre de 1991
Una de las tradiciones más entrañables de la Universidad es acoger en su claustro a profesores y personalidades que han destacado en su quehacer profesional y humano. La Universidad Politécnica de Valencia, siguiendo esta tradición, acoge en su claustro al Profesor Paul Anthony Samuelson, economista eminente. Me ha correspondido, por acuerdo de Departamento de Organización de Empresas, la responsabilidad de pronunciar esta "Laudatio" del Profesor Samuelson.
Les podría enunciar todos los relevantes méritos académicos que, como economista, ha alcanzado el Profesor Samuelson. Creo que no sólo es innecesario, sino imprudente. Sólo quisera hacer una afirmación: la Economía moderna no sería la misma sin la existencia de economistas como él. En lugar de ello quisiera ponderar ante Ustedes otros aspectos de su personalidad y de su quehacer.
En primer lugar, la trayectoria intelectual del Profesor Samuelson como economista se ha caracterizado por una ilimitada curiosidad intelectual que le ha permitido captar y entender los nuevos hechos económicos que se han producido en el último medio siglo. Y ha sido capaz de transformar su comprensión de la realidad económica en esquemas analíticos coherentes y claros. Se puede estar de acuerdo o no con sus enfoques, pero no se les puede negar claridad, coherencia y eficacia.
En segundo lugar, Samuelson ha sido, a lo largo de su dilatada trayectoria, un economista que conocía los límites de su Ciencia y el carácter impreciso y perfectible de las herramientas teóricas que manejaba. Ha sabido que, detrás de los modelos económicos, normalmente bastante aparatosos, subyacen los sujetos económicos, millones de seres humanos diversos y contradictorios que actúan y deciden con una racionalidad dudosa y cambiante. En otras palabras, que la economía es una Ciencia cuyo papel es atender, con alguna eficacia, las necesidades ilimitadas de una sociedad que nunca llegamos a conocer bien y cuyos cambios son sorprendentes y continuos.
Ello me lleva a resaltar lo que, modestamente, creo es uno de los méritos relevantes del Profesor Samuelson. Es algo más que un economista eminente. Es un humanista de la segunda mitad de este Siglo. Cuando la especialización conducía a una visión parcial y estrecha de la realidad, Samuelson ha mantenido una visión global de la Economía y de su papel en la sociedad. La Economía es para Samuelson, una Ciencia que lucha por hacerse y cuya razón de ser última es hacer más humano y habitable el mundo en que vivimos.
Este humanismo del profesor Samuelson quizás tiene sus raíces en la tradición americana, tradición que conocemos mal y que está basada en la libertad y la responsabilidad. Contemplando la trayectoria intelectual y humana del Profesor Samuelson, viene a la memoria el Preámbulo de la Constitución de los Estados Unidos que proclama el derecho de los hombres a la libertad, a la justicia y a la búsqueda de la felicidad. Samuelson ha trabajado para que estos ideales sean realidad. Desde su gabinete de economista teórico, desde su trabajo docente, tan fructífero, desde sus trabajos al servicio de los gobiernos de su país, desde sus escritos de divulgación, ha trabajado para que la justicia, la libertad y la conquista de la felicidad sean posibles, material, cotidiana y prosaicamente posibles.
La Universidad Politécnica de Valencia se enriquece con la presencia del Profesor Samuelson en su claustro. Esta Universidad, cuyo lema es "al progreso por la técnica", entenderá mejor, gracias al Profesor Samuelson, que la técnica, de la que esta Universidad tanto se enorgullece, no es más que un instrumento para lograr la justicia, la libertad y la felicidad de los hombres y de la sociedad. Que el fin último de la Universidad es ayudar a convertir nuestro mundo en un lugar más habitable y humano.