Doctor Honoris Causa por la Universidad Politécnica de Valencia. Investido el 24 de noviembre de 1990
València té els ulls plens de mar, de oliveres y de tarongers", y así es abierta de mirar y de espíritu a toda la rosa de los vientos y es pacífica y hospitalaria, y es consciente de la redondez y anchura de la Tierra y de quienes habitan cerca y lejos.
Molt Honorable senyor President de la Generalitat Valenciana, Magnífico Rector, señor Alcalde, queridos miembros del Claustro, señor Rector de la Universidad de Valencia, colegas, amigos míos, señoras y señores:
En esta triple dimensión, la del mar, la del olivo, la del producto que siempre representa y simboliza a esta tierra se encuentran la apertura la paz y la globalidad, y en defenderlas, en defender esta apertura de espíritu, la relación de tolerancia y de comprensión entre las personas y los pueblos y la visión del conjunto de la tierra, y no sólo de aquellos pueblos más favorecidos, en esto precisamente radica la vida de la Universidad y a quienes debe dirigir su formación, sus recursos humanos, sus equipos, sus medios.
Es cierto hay en el proceso de formación de la universidad un conocimiento y una técnica, unas destrezas, unas habilidades que se adquieren. Ésta es una parte exógena, es lo que se recibe, pero hay algo más importante, es lo que se ofrece. Lo que se ofrece y que con tanta frecuencia se olvida, y se empobrece la vida universitaria.
Lo que se ofrece es: el sentir, el pensar, el vivir cada día de los jóvenes que tienen la suerte o el mérito de ser jóvenes universitarios. El formarse como personas de tal manera que pueden adquirir plenamente esta capacidad distintiva de la condición humana. La capacidad creadora el convertirse y esto es finalmente a lo que apunta todo proceso universitario en ciudadanos plenos, es decir en quienes pueden en un contexto municipal, regional, nacional o internacional, participar y expresar plenamente las cualidades de esta ciudadanía en libertad y en participación plenas representa la Universidad Politécnica es por tanto un lugar poblado por personas que pretenden poner en práctica y desenvolver su caudal creativo, su potencial intelectual.
Porque politécnico califica a la Universidad, completa su significado, pero no suple, ni limita su irretractable expresión humanística y social.
Gracias pues, señor rector de la Universidad Politécnica por haber propuesto, haber aceptado el que se me concediera esta distinción; para mí es un gran honor, a partir de este momento poder pertenecer al Claustro de la Universidad Politécnica de Valencia. Gracias también por la alegría que me da que sea el profesor Eduardo Primo Yúfera quien me haya presentado, por el laudatio que ha hecho todos habrán adivinado que somos amigos desde hace muchos años. Eduardo Primo es un gran científico y ha tenido en España un papel extraordinariamente importante en el desarrollo de su capacidad y de sus estrategias científicas, y es un español internacional.
En algo no ha exagerado al decir que mi padre que no tuvo la suerte de poder estudiar, ni estar en una Universidad ha sido ciertamente la persona que ha influido y que sigue hoy a sus ochenta y cinco años influyendo más en mi vida. Todavía, cuando hace unos días de paso por Madrid fui a verle y le comuniqué que las cosas iban bien me dijo. "¿Pero no te estarás volviendo dócil, no?
Ochenta y cinco años, esto es lo que refleja una personalidad que supo hacerse a sí misma y alcanzar en la vida nacional lugares relevantes en la vida productiva y empresarial.
Y en otra cosa no se ha equivocado, es decir que mi mujer además del mérito de soportarme, ha sabido durante muchos años ayudarme, orientarme y educar como Eduardo Primo ha dicho muy bien a mi familia.
Y por último y no en último lugar, gracias rector magnífico por haber hecho coincidir mi investidura, con la del Comandante Jacques-Ives Cousteau mi admirado amigo, mi admirable amigo, por tantas razones científicas y tecnológicas, cuyo nombre evoca profundidades submarinas, bellezas y conocimientos ignotos gracias a él hoy accesibles, pero que evoca sobre todo a la permanente lucha en favor de nuestro planeta azul. La imaginación y la capacidad divulgadora, el grito de alerta sobre este legado precioso inagotable que aparece hoy vencido y maltratado, nadie como él ha luchado, y lucha con renovado ímpetu teniendo como única arma, como la UNESCO, como la Universidad, la fuerza de su voz. Y una espada de agua y así con la fuerza del conocimiento y de la convicción tenemos que proclamar que nunca la humanidad ha expuesto de tantas posibilidades y recursos para procurar a las generaciones venideras un horizonte más luminoso. Decir bien alto que con la memoria del pasado tenemos que construir todos juntos un futuro más equitativo y justo. Proclamar que la libertad es la premisa para todo conceptual y prácticamente, que la guerra no es nunca inevitable y que es siempre la peor de las soluciones posibles.
Que los militares tienen como función mucho más importante que hacer la guerra evitarla, que la paz y la justicia no son dones sino conquistas personales, cotidianas, labradas en terrenos ásperos de intereses, presiones y perjuicios que es indispensable ver alto y lejos, que nuestro patrimonio común es mucho más que nuestra Biosfera y unos monumentos que reflejan la capacidad genial de algunos antepasados, sino el inmenso legado de valores, principios, sones, trazos, colores, palabras, lenguas, pensamientos, conocimientos, acumulados por todos y en todo lugar.
Anónimamente acumulados, granos de arena portados por innumerables desconocidos pero por relevantes manos, a lo largo de la historia y que hoy constituyen nuestro acervo espiritual, intelectual y moral. Este patrimonio, no físico, es el más importante tesoro a preservar y tenemos que protegerlo de inundaciones uniformizantes de otras culturas, de otros enfoques y estilos de vida; tenemos que compartir este planeta, este legado físico, este legado no físico.
Y hoy podemos decir que gracias a él existen posibilidades de acción que están a la altura de los desafíos. No me gusta que me llamen optimista, me gusta como levantino que me llamen razonablemente dispuesto a considerar cuáles son las armas para hacer frente a los retos de cada día y hoy puedo proclamar a pesar de tener los ojos muy cansados de ver disparidades intolerables, de ver enfermedades que podrían curarse, de ver a la civilización occidental que durante años ha habido millones de personas que han estado sufriendo pero pertenecen a este mundo oculto, detrás de otros muros que todavía no han caído. El muro de Berlín todos lo hemos calibrado, ahora estoy seguro que dentro de poco sabremos utilizar estas posibilidades a las que antes me refería, estos conocimientos acumulados por científicos anónimos durante años, siglos, estos pensamientos, esta finalmente riqueza intelectual y podremos cambiar radicalmente en vísperas del próximo milenio del curso de una cultura guerrera hacia una cultura de paz. Si sabemos pagar el precio de la guerra, si sabemos en el futuro considerar que el precio de la paz sería no sólo en términos cuantitativos sino de sufrimientos mucho menor que la factura que hasta ahora hemos pagado por la guerra. Si en lugar de invertir cada año 980 mil millones de dólares en armas y 400 mil millones en drogas, supiéramos invertir una buena parte de la primera cifra, y toda la mencionada en segundo lugar en educación, en higiene, en nutrición en sanidad, en justicia, en medio ambiente, entonces el mundo se adentrará con júbilo y con renovada dignidad en los años 2000.
Señor rector: en 1945 después de la guerra europea los grandes dignatarios del mundo se reunieron en Breton Bouche y en S. Francisco; querían abordar el problema de la seguridad y de la paz en un mundo que acababa de pasar no sólo una guerra, sino uno de los más abominables periodos de exclusión, de discriminación racial, de genocidio.
Decidieron por ello constituir, una serie de instituciones de orden financiero internacional, de orden laboral, de orden sanitario, educativo, industrial, etc.
Éste ha sido el sistema de Naciones Unidas hasta el año 88; ha ejercido una gran labor, de establecer puentes, de procurar el diálogo entre una serie de países, por lo que suscribían estaba de acuerdo en los principales pero después se hallaban aislados, ocultos detrás de sus respectivas descripciones territoriales.
Este mundo en octubre de 1988 dejó de existir; el fin de la guerra fría, no sólo ha impuesto una nueva dinámica un nuevo rumbo a los acontecimientos internacionales sino que ha hecho algo mucho más importante, ha hecho que la amenaza nuclear de la confrontación atómica basada en un enorme poder destructivo, haya empezado a desvanecerse; ante esta amenaza los ciudadanos no eran más que espectadores, a ninguno de nosotros se nos podía pedir responsabilidades sobre un poder que únicamente unas grandes superpotencias podían ejercer.
Sin embargo, al término de la guerra fría nos encontramos con un nuevo concepto de seguridad, nos encontramos que ya, no son las amenazas de guerra basadas además en la disponibilidad por parte de unos países determinados de unos medios de destrucción extraordinarios, sino con una amenaza que sí, que nos implica a todos los ciudadanos. Es cierto que en distinta medida según nuestras responsabilidades públicas, ya no somos espectadores; ya todos somos actores del nuevo concepto de seguridad que emerge de que en lugar de una amenaza nuclear, global, tengamos un medio ambiente que se degrada, como consecuencia de las actividades propias de la humanidad, de nuestro comportamiento, de nuestros hábitos, de nuestra conducta, tengamos pandemias que nos amenazan a todos por igual. Lo que quiero, desde este momento, dejar bien sentado es que después de estos tres años de experiencia de poder compartir con muchas personas que tienen las responsabilidades concretas de la marcha de sus respectivos pueblos, estar siempre en la base de todas las preocupaciones, de todos los problemas que hoy tenemos que afrontar.
Es la ignorancia, es la pobreza, es la población, es el respeto a los derechos humanos, es en una palabra estos pilares sobre los que se asienta, estos baluartes de la paz, sobre lo que se asienta este futuro que debemos forjar entre todos.
Y al hablar de población como lo comentaba esta mañana con el comandante Cousteau no podemos dejar de pensar en la juventud, en esta juventud que en algunos países en virtud de un crecimiento demográfico extraordinariamente acelerado constituye el 50% de la población, con menos de 14 años en algunos casos o de menos de 19 en otros.
Esta población que está en estos momentos llegando a límites con todo el potencial de conocimientos de que hoy se dispone, de atención sanitaria, nutritiva, educativa, etc.
Para elevar estos baluartes de la paz, es para lo que en 1945 en San Francisco se constituyó la UNESCO, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Al principio el ministro inglés Patler había pensado únicamente en Educación y Cultura, pero se dio cuenta después con una enorme clarividencia de que habría un componente progresivamente importante de elementos científicos en el proceso de la toma de decisiones.
Para mí constituye la lectura de sus reflexiones un ejemplo de lucidez, poder establecer con tanta anticipación lo que hoy es patente. Existen unos límites a la decisión estrictamente política, basada en datos económicos o en datos de actividades sociales más patentes y es necesario que para hacer frente a sus necesidades de poder progresivamente las decisiones requieren y por lo tanto tengamos que ofrecer los elementos científicos para su decisión, evitar no sólo la incorrecta utilización del conocimiento y sus aplicaciones de las labores más apremiantes de la comunidad científica en estos momentos y así podemos prever una "cientificación" me gusta decirlo así entre comillas,
evitar no sólo la incorrecta utilización del conocimiento y sus aplicaciones de las labores más apremiantes de la comunidad científica en estos momentos y así podemos prever una "cientificación" me gusta decirlo así entre comillas, progresiva de la agricultura, la utilización adecuada de los fertilizantes, de los plaguicidas, de los herbicidas, de todas estas sustancias que deben proporcionarnos mejores cosechas pero que debemos utilizar con la medida adecuada para que no produzcan efectos colaterales indeseables y del mismo modo en las actividades industriales, la emisión de los productos tóxicos que contribuyen en estos momentos, y no voy a entrar en ello a la contaminación de la Atmósfera, a la producción de unos gases, unos gases de efecto invernadero, que en estos momentos están siendo tratados al máximo nivel científico; acabo de estar en Ginebra en la Conferencia Mundial sobre el Clima, en donde precisamente la Comunidad Científica se ha encontrado con responsables ministeriales con la intención de empezar los primeros pasos al menos, aunque muy tímidos, de actividades conjuntas a escala de estado para evitar el crecimiento del Anhídrido Carbónico (CO2) y otros gases con efecto invernadero.
Por tanto debemos hacer todo lo posible para establecer mejores nexos de unión entre científicos y gobernantes, porque cooperar y nosotros somos una agencia de cooperación internacional, cooperar significa trabajar conjuntamente. Y esta es nuestra misión a escala internacional. Bien entendido que en el escenario del mundo actual lo que más nos interesa son los más desfavorecidos en buscar aquellos países, los países menos avanzados en que este requerimiento de educación, de ciencia, de acceso al conocimiento, de transferencia de tecnología, de comunicación, es más importante buscar dentro de estos lugares y dentro de los países industrializados, también los sectores de población menos favorecidos, los sectores de población más discriminados, los emigrantes, la mujer, la mujer y lo digo con un profundo pesar es en estos momentos, sin lugar a dudas, el gran objetivo de la cooperación internacional si queremos todavía dar la vuelta a los acontecimientos.
En nuestras campañas de alfabetización está muy claro, y así lo dice un proverbio "que quien alfabetiza una mujer, alfabetiza una nación", sin embargo, en la mayor parte de los países, hasta tal punto de que representan las dos terceras partes de la población a alfabetizar son mujeres las que viven dentro de unos contextos sociales y culturales difíciles, o porque viven en los medios rurales son las más inaccesibles a la cooperación internacional en materia de educación.
¿Cuál era el sueño de Artibal Mclein o Clene Atil en el momento en que redactaron la constitución de la UNESCO? ¿Qué pensaban que podía hacerse en el futuro para construir realmente la paz entre los pueblos? Es muy probable que desde un punto de vista histórico, por la propia experiencia que tiene uno de vosotros que está aquí, José Blat, podría contestar a esta pregunta mucho mejor que yo pero quiero resumiros muy rápidamente que la respuesta de hoy de la UNESCO, de esta UNESCO de hoy, de después, del año 88, de la UNESCO que debe avanzar al ritmo de los acontecimientos que han empezado y que van a ser fantásticos, y que no puede haber hoy ni un político, ni un estadista, que no sepa anticiparlos, los acontecimientos propios de esta postguerra fría que afortunadamente estamos viviendo.
Esta UNESCO ha fijado 4 ó 5 grandes prioridades para elevar estos baluartes de la paz. La educación para todos que se aprobó en una gran conferencia mundial, a la que acudieron no sólo los países que integran la organización sino que lo hicieron aquellos que en estos momentos se hallan ausentes de ella. Las organizaciones no gubernamentales, porque es gracias precisamente a este enorme potencial que presentan los maestros, los artistas, los intelectuales, los escritores, los periodistas, todos aquellos que tienen que ver con nuestro ámbito de competencia, todos ellos se hallaban también representados, porque el llamamiento era premiable, se trataba de decirles: tenemos que hacer frente a 1.000 millones de analfabetos en el mundo.
Y se trata por tanto, de recabar no sólo de los fondos internacionales, que dieron una respuesta, por cierto, muy favorable a este requerimiento. Sólo el Banco Mundial proporciona mil millones de dólares más al año para la educación para todos. Se trataba sobre todo de llegar a quienes deben dar la respuesta, a quienes están en el poder para darla, a los gobernantes, se trataba de que se comprometieran, que expresaran su voluntad política de que en el nuevo orden de prioridades la educación para todos los ciudadanos era realmente la prioridad que debía colocarse en primer lugar.
Pues bien, educación para todos, ciencia básica, el fomento de la ciencia básica y su acceso para todo el mundo, sabiendo, y me gusta decirlo muy particularmente en la Universidad Politécnica de Valencia, sabiendo que no hay ciencia aplicada sino hay ciencia que aplicar, como decía el profesor Bernardo Jusait. Sabiendo que debemos, al mismo tiempo que facilitamos la transferencia tecnológica, ayudar a los países más necesitados a constituir un núcleo de científicos y tecnólogos que puedan seleccionar, que puedan reparar, adaptar la tecnología que reciben del exterior, porque si no su dependencia científica y tecnológica es cada vez mayor.
Facilitar que los conocimientos actuales y especialmente los dominios en que la UNESCO ha trabajado más durante hace muchos años: la Reserva de la Biosfera, el programa intergubernamental de investigación oceanográfica, el programa de correlación geológica, el programa de investigación biológica, en todos ellos favorecer la cooperación, los nexos internacionales para poder ofrecer a los decisores, a los gobernantes, estos elementos científicos sólidamente anclados en el rigor de la investigación y de la ciencia para que tomen sus decisiones.
El desarrollo cultural que es una de las facetas, cada día estoy más convencido, más importantes de cara al futuro, los problemas del día de mañana, si logramos solucionar el problema del medio ambiente, si logramos detener decididamente el látigo de la guerra, especialmente el látigo de la Guerra Nuclear, en este caso nos encontraremos frente a una civilización mestiza, a una civilización multiétnica, multicultural, y el saber reconocer al otro, el saber establecer estos lazos de afecto que nos permitan realmente vivir y compartir el planeta.
Este diálogo multicultural es sin duda alguna uno de los más importantes aspectos de estos baluartes sobre los que se puede construir y defender la Paz.
Cual es el papel de la Universidad y el papel que la UNESCO juega en favorecer las relaciones entre las universidades de los países más industrializados y de los países en vías de desarrollo. Procuramos que la formación, especialización, el papel crítico en la medida que pueda establecerse, empiece a desencadenarse con anticipación de los acontecimientos. Que empiece también, a poder darse en la mayor parte, para las universidades en los países en vías de desarrollo y especialmente en los que llamamos P.M.A. (países menos avanzados) pretendemos el que se faciliten los cursos intensivos de tal manera que puedan beneficiarse estudiantes y profesores de los centros universitarios del mundo en desarrollo de los alcances, de los equipos, de todas las facilidades que se ofrecen en las universidades de los países más avanzados y así hemos formado dos grandes proyectos. Si ustedes quieren, sería la manera en que las universidades se pueden mandar entre distintas universidades de los países en desarrollo a los países ya desarrollados para que se faciliten estos intercambios y estas ofertas de dotaciones experimentales, bibliográficas, etc. Especialmente en relación a América Latina y a África, Europa tiene un compromiso especial; a mí como Director General de la UNESCO me importa igualmente cualquier otra parte del mundo, pero me encuentro en Valencia, en España, en Europa. Y por tanto, debo llamar la atención sobre la necesidad de que fomentemos al máximo estos intercambios.
El establecimiento de estas relaciones, estas cátedras que la UNESCO promueve y facilita, las denominadas cátedras UNESCO, en los centros universitarios africanos, especialmente al sur del Sáhara y con América Latina y El Caribe; tenemos responsabilidades muy específicas a mi modo de ver con estos países.
Señor Rector, voy a terminar diciéndole que otra de las experiencias que he adquirido al frente de la UNESCO estos últimos años, es considerar que con frecuencia encargamos informes cuando ya teníamos datos para tomar decisiones, estamos en lo que en el último capítulo de un libro que acabo de escribir llamo la reporting-society, la sociedad que se pasa la vida haciendo informes, análisis, diagnósticos. Yo sé, como analista científico, que en determinados momentos debía, especialmente con enfermedades del neonato, tomar decisiones cuando el diagnóstico más completo es el que se puede establecer cuando el enfermo ya ha fallecido.
Espero que no sea este el caso, y que nosotros ahora con los elementos que ya disponemos, con los conocimientos de que ya disponemos empecemos a actuar. Es tiempo para la acción y así me ha gustado titular todas nuestras campañas para el fomento de la educación para todos sobre "Tiempo de acción". Ha llegado ya el momento en que conocemos bien cuáles son los perfiles de todos los países, cuáles son sus características culturales, cuáles son las diferencias que existen entre las posibilidades económicas y sociales dentro de un propio país. Ha llegado el momento de la toma de decisiones que comprometan el futuro de la humanidad; para esto se necesita visión, recursos y coraje. Ya decía antes que disponemos de los conocimientos necesarios, disponemos de una anticipación razonable, de unas proyecciones razonables del futuro, hemos de tener en cuenta como decía el Comandante Cousteau a las generaciones venideras, y ahora, únicamente nos falta tomar la decisión política de empezar a escribir la primera página de esta nueva cultura de la paz, de este nuevo período que ahora se inicia.
Para ello se necesita consciencia pública y los medios de comunicación tienen un papel importantísimo a jugar, en crear, en fomentar, en mantener, esta conciencia pública y todos nosotros como ciudadanos tenemos un importantísimo papel a jugar manteniendo a ultranza la democracia; no hay mejor sistema que el de las libertades públicas para que los ciudadanos, los científicos, todos aquellos que deben, que pueden, contribuir a que las decisiones que se adoptan sean las correctas para este mundo que con tanta precisión el comandante Cousteau nos ha expresado al término de sus palabras.
Les decía antes que mi padre me preguntó: ¿no me dirás que te estás volviendo dócil?, Pues, yo quisiera decirles lo mismo al término de mis palabras, quisiera recomendar a los claustros universitarios, quisiera recomendar a todos aquellos que hoy tienen sobre sus hombros la responsabilidad de fraguar un mundo mejor, que: ¡No sean dóciles!¡Que no seamos dóciles!, Y que podamos hallarnos cada día, cada amanecer, sabiendo los peligros, pero que sepamos que disponemos del conocimiento y de la voluntad política para hacerles frente.