Hoy la Universidad Politécnica de Valencia inviste doctor "Honoris Causa" al Premio Nobel de Economía, Franco Modigliani. La economía, también la economía, etimológicamente gobierno (el buen gobierno) de la casa (pequeña o grande), como tantas otras cosas de nuestro tiempo, necesita elaborar nuevos alfabetos para resolver los problemas que afronta la humanidad.
Hace unos años se decía, aún se dice, que lo que es bueno para la economía americana también lo es para el mundo. Hoy el discurso económico solo puede argumentar que lo que es bueno para el mundo es bueno para los demás, también para los americanos. Hoy no se puede elaborar un discurso y menos una praxis sin comprometer en el proceso a las socioeconomías de otros pueblos. (¿Quién va a pagar la modernización de las centrales nucleares soviéticas? Sólo la decena larga existente del tipo Chernobil supera los cinco billones de pesetas). O introduciendo el coste medio ambiental asumible. Inexcusablemente asumible. O las consecuencias de la tasa de natalidad, poco mayor que la unidad, en las sociedades llamadas avanzadas. O la islamización de las materias primas. O los cada vez mayores gastos sociales que exige la sociedad.
Se corre el riesgo de no saber diagnosticar la realidad y, consecuentemente, de no elaborar un alfabeto adecuado, alfabeto ideológico, naturalmente, para entender el futuro. Pues en el mundo de las ideas el cálculo es la justificación de la ignorancia.