Doctor Honoris Causa por la Universidad Politécnica de Valencia. Investido el 24 de noviembre de 1990
Molt Honorable President,
Excmas. autoridades,
Señoras y Señores:
La Comunidad Universitaria Politécnica de Valencia se reúne para acoger en su seno a Jacques-Ives Cousteau nacido el 11 de junio de 1910 en Saint André de Cubzac en Gironde.
Una descripción telegráfica tipo diccionario diría de él: marino, ingeniero, explorador, académico de Francia y de las Academias de Ciencias de los Estados Unidos y la India. Fue designado Comendador de la Legión de Honor por su lucha en la resistencia francesa, medalla de la Libertad de Estados Unidos y Comendador de la Orden del Mérito de la República Federal Alemana, Comendador de las Artes y de las Letras y de la Orden de San Carlos y oficial de la Orden del Mérito Marítimo.
Preside la Comisión Internacional para la exploración científica del Mediterráneo y la Sociedad y la Fundación Cousteau.
Ahora bien, de este breve perfil, naturalmente no exhaustivo, ¿qué me interesa resaltar como integrante de una comunidad universitaria politécnica? En primer lugar constato que estamos ante un ciudadano del mundo, alejado de regionalismos y particularismos esterilizantes, ocupado de grandes problemas universales que afectan a todas las comunidades, sin fronteras de ninguna especie y con un gran amor e interés por el trabajo bien hecho, capaz de cautivar a todas las gentes.
También quiero glosar la voluntad de trabajo de un científico de 80 años que demuestra día a día que no existen jubilaciones tempranas del espíritu y del saber cuando éstos se quieren desarrollar.
Mal camina una sociedad que en épocas de importante producción científica prescinde de personas absolutamente válidas. Tal vez esté imbuida por una concepción secularmente mantenida sobre la actividad del funcionario, al que ve como una persona generadora de gasto público no muy útil y organizadora del control social. Consecuentemente siempre ha procurado dotarlo insuficientemente, para evitar supuestos despilfarros y reducir parcelas de poder incontrolado. También ha sido reacia a incentivar su producción y organizar el control legal y presupuestario en aras, entre otras cosas, de la libertad mal entendida.
Entiendo que una institución como la Universidad debería estar a grandes rasgos preocupada por la:
Universalidad de sus conocimientos.
Evolución de sus saberes.
Comunicación con la sociedad en libertad.
Dichas características como veremos guardan gran paralelismo con la vida y la obra del Dr. Cousteau y nos deberían servir de norte y guía en nuestros anhelos.
En la Universidad que hoy demanda la sociedad deben tener cabida todos los saberes y conocimientos para demostrar su universalidad, siempre que el nivel alcanzado sea suficiente. Hay que tener imaginación para organizar nuevas enseñanzas y crear las titulaciones necesarias por complejo que resulte, sin estar mediatizadas por el egoísmo de los colectivos y los enfoques personales y particulares.
Hay que aprender de la voluntad del Dr. Cousteau que ante la inmensa superficie del mar ha sabido luchar contra su opacidad, profundizando y haciendo transparente su "mundo del silencio", su mundo submarino, extendiéndolo a todas las gentes, con gran impacto internacional gracias a su generosidad, su entusiasmo contagioso y la universalidad de su lenguaje.
La sociedad exige de una Universidad Politécnica la evolución continua de sus saberes adaptándolos a la problemática del momento para preparar técnicos que generen desarrollo debidamente controlado. Que sean inmediatamente operativos al incorporarse a la vida activa pero que además sean capaces de adaptar y generar nuevas técnicas, convirtiéndose gracias a su ilusión, en banderín de enganche de las siguientes promociones, eso si, manteniéndolas respetuosas con el entorno que van a transformar.
El Dr. Cousteau supo crear los equipos materiales y humanos precisos y las técnicas inexistentes para desentrañar las profundidades del mar haciéndolas transparentes, resolviendo los innumerables problemas logísticos asociados, haciendo progresar extraordinariamente el conocimiento del mar, abriendo sus saberes y sus talleres, sin egoísmos privatizadores, a cualquier estudioso, como correspondería a una universidad abierta, divulgando sus conocimientos y descubrimientos.
Ver, conocer, amar y proteger el entorno es el camino que ha recorrido, siendo cada fase consecuencia de la anterior y lo ha imbuido en las gentes y en las organizaciones sociales haciéndolas más respetuosas con dicho entorno.
Finalmente creo que necesitamos una Universidad costosa, dotada suficientemente, que trabajando en libertad, sepa comunicar y entregar a los agentes sociales sus saberes con un nivel de eficiencia adecuado, aprovechando todos los medios que las nuevas técnicas ponen a su disposición a velocidades cada vez mayores.
El Dr. Cousteau ha sabido trabajar en un medio hostil como el mar, que no permite descanso. Ha sabido generar recursos económicos suficientes, que nunca son naturalmente generosos para llegar a grandes cotas de eficiencia en el trabajo. Ha convencido a los agentes sociales que han tomado conciencia de la problemática planteada gracias a la ayuda del eco conseguido con su encomiable esfuerzo de divulgación en publicaciones, películas y exposiciones.
Jacques-Ives Cousteau, Doctor Honoris Causa por las Universidades de Harvard, Rensselaer, Brandeis y Berkeley, la comunidad de la Universidad Politécnica de Valencia se congratula por tenerlo por unanimidad en su seno como Doctor Honoris Causa desde el día 24 de julio de 1990.