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José Calavera Ruiz

Doctor Honoris Causa por la Universidad Politécnica de Valencia. Investido el 1 de octubre de 1992


Laudatio por Bernardo Perepérez Ventura

La estructura de relaciones que un edificio representa es divisible, al menos con los artificios de la abstracción analítica, en una estructura de espacios, una estructura figurativa y, finalmente, una estructura tecnológica o constructiva, la cual materializa las dos anteriores.

La dimensión técnica de la proyectación no ha sido ajena al modo de evolucionar la tecnología a lo largo del devenir de los siglos, es decir, a un progreso durante miles de años sensiblemente independiente del desarrollo científico. No obstante, con el advenimiento de la Revolución Industrial, comenzó a darse una creciente interacción entre ciencia y tecnología y, como consecuencia de ello, una disminución del decalaje temporal entre cada descubrimiento y su aplicación generalizada. Tal hecho ha terminado invalidando, por peligrosos, los antiguos métodos de prueba-error, precisándose cada vez en mayor medida del concurso del acervo de conocimientos científicos, y de algo que resulta consustancial al contexto de validación: la lógica o metodología de la predicción.

Espero se me disculpe este largo preámbulo que, no obstante, he considerado insoslayable, y aun demasiado breve como marco, si se tiene presente que se me ha encomendado en este Solemne Acto de Investidura como doctor "Honoris Causa", glosar las distintas facetas de la gran personalidad que es el profesor D. José Calavera Ruiz, admirado Maestro y muy querido amigo.

Desde el punto de vista profesional y universitario, en aras de la brevedad, deseo destacar que el profesor Calavera Ruiz se ha caracterizado por ser un extraordinario hombre de su tiempo, es decir: por el rigor en sus planteamientos técnicos, por su capacidad fuera de lo común para situarse en el difícil y estrecho margen en que se puede producir ciencia, o sea, en la frontera entre lo conocido y lo ignorado, y por su envidiable capacidad para detectar cuales son los problemas más acuciantes en cada momento en las disciplinas que cultiva y de que modo resolverlos.

De esta manera, el profesor Calavera Ruiz ha colaborado en gran medida a la paulatina solución de necesidad tan perentoria en la Arquitectura cual es la adquisición de un conocimiento más profundo y cuantitativo de los problemas de diseño. En otras palabras, el Ingeniero que en el día de hoy esta joven Universidad Politécnica de Valencia se honra en incorporar a su Claustro de Profesores, a propuesta de la E.T.S. de Arquitectura y del Departamento de Construcciones Arquitectónicas, es, sin duda, uno de los ciudadanos de este país que mejor ha comprendido que, como ya hace 30 años escribían Kranzberg y Pursell, y cito textualmente:

"...en realidad vivimos en una Era tecnológica... No se llama así porque todos los hombres son ingenieros, ni tampoco porque todos los hombres comprenden la tecnología, sino porque cada vez somos más conscientes de que la tecnología se ha convertido en una gran fuerza desbaratadora, al mismo tiempo que creativa, del siglo XX ..."

Coincidiendo su perfil, además, con el de una amplia y conocida pléyade de técnicos españoles de prestigio internacional, que han combinado el ejercicio de su profesión al más alto nivel y la actividad universitaria, con unos beneficiarios directos y privilegiados que han sido sus discípulos.

Prueba de todo lo hasta aquí dicho es su Curriculum, que no cometeré la ingenuidad de intentar exponer, aunque es difícil substraerse a la tentación de citar que, entre otros méritos numerosos y relevantes: ocupa la Cátedra de Edificación y Prefabricación de la E.T.S. de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Madrid; preside el Instituto Técnico de Materiales y Construcciones (INTEMAC); es miembro del Advisory Committee del Comité Euro-Internacional del Hormigón (C.E.B.); es asesor en Europa del International Council on Tall Buildings; es Premio de la Convención Europea de la Construcción Metálica Sercometal; fue nombrado Profesor Honorario de la Escuela de Construcción Civil y Miembro de Honor de la Facultad de Ingeniería, centros ambos de la Pontificia Universidad Católica de Santiago de Chile; es Fellow del American Concrete Institute, y es autor de una serie de libros que han llenado un vacío que existía, sobre todo en el mundo de habla hispana, en todas las materias relacionadas con el cálculo y dimensionamiento de las estructuras de hormigón. Tan es así, que tales obras son libro de texto en la mayoría de los centros docentes que imparten enseñanzas técnicas, al tiempo que libros de consulta obligada para todos los técnicos cuyo ejercicio profesional se halla relacionado con el sector de la construcción.

Capítulo aparte merece la humanidad del profesor Calavera, inseparable, en todo caso, de sus actividades profesionales. Ya somos muchos los que sabemos de la extraordinaria acogida que dispensa a todo aquel que manifieste interés por las estructuras y la construcción en general, y por el hormigón en particular; del magisterio y agudeza de sus observaciones y sugerencias; de su generosidad y justas exigencias; de su extraordinaria caballerosidad y savoir faire y, en definitiva, de su capacidad, como todo gran hombre y profesor de talla fuera de lo común, de crear escuela y rodearse de otros profesionales de elevada talla intelectual y humana, alguno de los cuales nos honra hoy con su presencia.

Próximo ya el final de mi intervención, quiero dejar constancia también del reconocimiento que merecen su esposa Ana y sus hijos, al comprender y facilitar la gran labor del profesor D. José Calavera, sin la cual la construcción y las estructuras actuales ofrecerían perfiles mucho menos nítidos.

Por último, con el permiso de los matemáticos presentes en esta Sala, voy a finalizar apropiándome de una cita de Weyl para dedicársela a nuestro nuevo y distinguido compañero, que dice así:

"De una vez para siempre, quiero manifestar mi admiración ilimitada por el trabajo del experimentador en su lucha para sacar hechos interpretables de una Naturaleza huraña, que tan bien sabe responder a nuestras teorías con un no rotundo o con un sí inaudible".


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