Doctor Honoris Causa por la Universidad Politécnica de Valencia. Investido el 27 de septiembre de 1993
Muy honorable Sr. Excelentísimo Rector magnífico,
Excelentísimos e ilustrísimos señores.
Señores claustrales.
Señoras y señores.
Es para mi una oportunidad y una ocasión extraordinaria el poder dirigirme a ustedes después de esta investidura. Es lógico que durante las palabras que han precedido a la misma, se haya hecho somero recuento de las circunstancias de mi vida a las que me ha ligado Valencia particularmente y las que me ligan esta escuela. Por mi parte, he llegado al convencimiento de que la profesión que yo practico no encuentra tanto su expresión en las palabras, como en las obras y por eso he preparado una serie de diapositivas que les voy a enseñar a ustedes y que hablen ellas por mí.
La profesión de ingeniero tiene frecuentemente como escenario paisajes muy singulares, por ejemplo, esta imagen, es un paisaje en la parte Este de Londres sobre el Támesis, un paisaje industrial muy deteriorado: el Royal Albert Docks. Se trataba, en este caso, el hacer un ejercicio de proyecto sobre un puente para el paso del periférico en Londres. Aquí tienen ustedes desde el mismo punto de vista la propuesta que hicimos. Se trata de un puente de gran luz, (casi 600 metros) y con unas contingencias particulares: limitaciones sobre la altura, que debía ser como máximo de 78 metros, (a causa de la proximidad del Aeropuerto de la ciudad de Londres), y sobre la apertura de luz inferior que, como mínimo, debía alcanzar los 50 metros para permitir la navegación.
Naturalmente, unas limitaciones tan severas obligaban, aparte de los condicionantes técnicos del tráfico, a tener un margen de paso muy estrecho y a pesar de todo, teníamos la intención de integrar en ese paisaje una obra dinámica y al mismo tiempo equilibrada, lo cual se hace bastante evidente con esta foto. Lo que yo quiero enfatizar con esto es la gran responsabilidad de la profesión de ingeniero respecto al paisaje y al impacto ambiental de las obras, no tanto concebidas en su cuantificación en respecto de las emisiones, sino en cuanto a la imagen que estas obras introducen en el paisaje, como la complementan y la manera con la que pueden enriquecer dicho paisaje, al que considero, desde mi punto de vista, (no hay más que mirar el de nuestra región de Valencia y los de otros de todo el mundo), como un bien cultural más.
A veces, los puentes se encuentran en contextos urbanos. Ha sido siempre nuestra intención el buscar dentro de los límites de lo posible una conciliación entre el tráfico peatonal y el tráfico rodado. El paisaje urbano, es mucho más duro, rotundo, y a veces incluso brutal, en la periferia de nuestras ciudades. Integrada en él, la obra de ingeniería, puede convertirse en una pequeña referencia, en un pequeño punto de referencia para todo el entorno, mejorando dentro de lo posible su calidad y, sobre todo, creando una referencia común a todos los edificios y todas las viviendas de su alrededor. En este sentido, un recurso que se ha mostrado también muy eficaz para crear dicha referencia es la iluminación del puente, dada la cantidad de horas en que no hay luz solar, durante las cuales la obra no sería perceptible sino es sirviéndose de la luz eléctrica. En este caso, se trata de un puente en Barcelona, que es una de mis primeras obras. El primer puente que he construido y se ubica uniendo las calles Felipe II y Bach de Roda, junto al barrio del Clot en Barcelona.
Aquí, otro puente también muy modesto, pero que quiero subrayar por el interés por el cual me fue encargado y con el entusiasmo con que la municipalidad lo ha seguido hasta ahora. Es un puente de acceso a la estación de Ripoll; se trata de un puente peatonal de 2 metros de ancho por 60 de longitud y que está realizado en acero y madera. En este caso, pretendíamos resolver solamente con dos tubos el problema del paso. Un tubo forma el arco más largo y el segundo tubo, es el que forma el tensor y, al mismo tiempo la plataforma, en la que ustedes pueden ver también la cercha . Este puente, créanme ustedes, es único en el mundo, es el primer puente de arco asimétrico inclinado. A veces, estas obras pequeñas pueden proporcionar también un ligero, vamos a decirlo así, "divertimento" porque permiten experimentar situaciones que normalmente en la práctica son difíciles de resolver en mayores dimensiones y, sobre todo, a partir del entusiasmo con el que se acometen estas obras ya que pueden ser la ocasión para hacer una pequeña investigación en ese sentido. El puente se integra, pienso yo, de una manera complementaria en el paisaje industrial en Ripoll, al pie de los Pirineos.
Ésta imagen, es de otro puente que también les quiero mostrar. Se trata de un viaducto sobre la Isla de la Cartuja y quisiera destacar de nuevo la relación peatón/tráfico. El tráfico va por la parte de arriba; son seis carriles de tráfico en dos direcciones, mientras que los peatones se desplazan por la balconada o atraviesan el interior del viaducto para acceder desde el aparcamiento norte a la puerta norte de la isla. Ésta , es la parte interior de la bóveda, que durante la Expo se utilizó como umbráculo (se instalaron unos bares pequeños) y se pretende utilizar después como mercado de las flores.
Complementando a esta obra más ligada al plano de la Isla de la Cartuja, aparece este puente , que es el Puente del Alamillo. Tiene una luz de 200 metros con una altura de 140.
Tiene una dimensión escultórica evidente,, pero a pesar de todo y como en el caso del puente de Bach de Roda en Barcelona, los peatones tienen un papel protagonista, van por el medio y están sobreelevados con relación al tráfico, lo que a pesar de la rotundidad y la clara imagen técnica del pilón permite que el peatón, a lo largo del recorrido en el puente, tenga un papel dominante y que, además, no solamente esté protegido sino que, en cualquier momento, pueda tener una vista directa a toda la zona alrededor independientemente del tráfico.
Ésta, es también una imagen nocturna del puente.
Otro ejemplo de relación paisajística entre puente y entorno, podemos apreciarlo en esta imagen. Es el puente que hemos construido en Mérida. Tiene un arco central con una luz de 200 metros y dos carriles de circulación en cada sentido.
De forma análoga al caso del Puente del Alamillo, posee una vía peatonal central en la que el arco divide el acceso de una parte a otra de la ciudad Mérida en tres tramos: uno, 200 metros antes de llegar al arco; otro, 200 metros dentro del arco que ustedes están viendo y un tercero, 200 metros después del arco.
Aquí también, lo ven de nuevo, es una imagen del puente en la que se ve la estructura alveolar del tablero y el arco.
En ésta imagen, pueden ver la materialización de un proyecto muy diferente a los anteriores. Se trata de una intervención muy urbana en el ámbito de una estación: la de Stadelhofen, en el centro de Zurich. La estación divide dos barrios, que han estado siempre separados por la incisión del tren desde hace más de 100 años y que se han desarrollado de maneras muy diferentes. A un lado de la misma se encuentra el High Promenade (paseo alto), en el que están ubicados unos jardines y villas de finales de siglo, que tienen un carácter mucho más ajardinado que el otro lado que ven ustedes en la imagen, en la que pueden apreciar la ciudad, típicamente consolidada, de Zurich.
Entre ambas, aparece la incisión del paso del tren que nosotros hemos querido subrayar para marcar la identidad de ambos barrios, con un paseo longitudinal que sustituía a la antigua High Promenade o paseo alto que, al mismo tiempo, marcaría un "borde de verde". Ambos entornos urbanos están conectados por una serie de pasarelas. En la imagen, pueden observar la vinculación de esta intervención con el resto de edificios en este mar de casas adyacentes, situadas entre ambas partes de la estación en distancias moduladas de 25 metros, detrás se ven las torres de la Iglesia de San Pedro.
Análogamente a las obras que les he mostrado, también aquí los peatones tienen un papel primordial, de modo que este caso se podría casi definir como una estación que no es una estación, porque el tren y la "aparición del tren" en ella es casi una cosa accidental, pero necesaria para que la estación siga funcionando. Ésta, es una vista sobre la zona de andenes, que están construidos con una estructura metálica ligera y pueden ver en la misma imagen uno de los accesos a la parte inferior de la estación.