Doctora Honoris Causa por la Universidad Politécnica de Valencia. Investida el 11 de junio de 1991
Señoras y Señores, queridos amigos.
Permítanme agradecer de todo corazón al Rectorado de la Universidad Politécnica de Valencia el gran honor de otorgarme el Título de Doctor Honoris Causa.
Atribuyo esa decisión no sólo al reconocimiento de mis méritos personales, sino también de los logros de mi país en el campo de la ciencia y la técnica y la conquista del Cosmos.
Tuve suerte en encontrarme entre quienes abrieron el camino al Cosmos. A pesar de que transcurrieron más de 20 años desde aquel vuelo, no podré olvidar jamás la sensación que se experimenta observando nuestro planeta desde arriba. No sólo te sorprende la belleza de la Tierra, sino también su reducido tamaño, la proximidad entre los continentes, el vivo colorido de la naturaleza en contraste con la falta de vida en algunas regiones que fueron indiscriminadamente dañadas por el hombre.
Comenzando la conquista pacífica del Cosmos, soñábamos con que pasaría a formar patrimonio de toda la humanidad. En efecto, al paso de los años, la conquista del Cosmos abrió unas amplias perspectivas para su aprovechamiento con fines pacíficos en beneficio de los pueblos.
El Cosmos es único, y en su exploración pacífica tienen cabida todas las naciones. Se trata de avanzar conjuntamente tanto en las ciencias fundamentales, como en las aplicadas, de manera que todos los Estados pueden beneficiarse de los resultados de la exploración del Cosmos.
Cada vez adquiere mayor importancia la colaboración internacional en la conquista pacífica del espacio. Contempla programas científicos de investigación conjunta, así como preparación y vuelos conjuntos al espacio. Actualmente, en el Centro de Preparación de Cosmonautas, situado en los alrededores de Moscú, se están preparando para volar al Cosmos representantes de Austria, Francia y otros países.
Estoy completamente segura de que la colaboración entre cosmonautas y científicos de distintos países puede llegar a ser aún más fructífera y polifacética. En este sentido creo que la cooperación con su país, los contactos entre científicos e ingenieros españoles y soviéticos pueden multiplicarse y ampliarse.
España ocupa un lugar especial en el corazón y la mente de los soviéticos. Tenemos mucho en común: nuestros caracteres, costumbres, historia. Desde los primeros años de colegio nos familiarizamos con los inolvidables personajes del noble hidalgo Don Quijote y su fiel amigo Sancho Panza.
Hoy como nunca cobran actualidad las nociones, comunes a todos los hombres, del bien y del mal, la moral y la virtud que inspiraron a Cervantes a escribir su inmortal historia del caballero errante.Con la gran capacidad de previsión que caracteriza a grandes escritores, Cervantes anticipó nuestro tiempo, cuando solamente los valores humanos, nueva mentalidad en los asuntos internacionales, pueden garantizar el futuro de toda la humanidad sin peligro de ninguna clase.
Nuestra época de problemas universales y eventuales catástrofes globales, tanto nucleares como ecológicas, requiere la concienciación de que nuestra civilización y la misma vida en la Tierra corren peligro de desaparecer, si los hombres no se unen en su esfuerzo por salvaguardar la vida.
Nosotros, los habitantes del planeta Tierra, hemos de hacer todo lo posible para que el siglo XXI, en cuyo umbral nos encontramos, sea el primer siglo sin miedo a la catástrofe global.
Mucho depende de nosotros mismos, representantes de carreras técnicas, científicos e ingenieros, de cuantos impulsan con sus conocimientos y experiencia el progreso de la humanidad. De nosotros depende que los resultados de ese progreso se utilicen en beneficio de la humanidad y no en contra de ella, en aras de garantizar un período pacífico nuevo en la historia de la civilización y no para destruirla.
Una gran labor encaminada a establecer y reforzar los lazos de amistad entre representantes de distintos países, hombres y mujeres de distintas profesiones, realiza la Unión de Asociaciones Soviéticas de Amistad y Relaciones Culturales con Países Extranjeros, organización que cuenta con muchos años de vida y engloba en sus filas a más de 100 sociedades y asociaciones de amistad con los pueblos de todos los continentes, incluida, como no, la Asociación de Amistad URSS-España. Es una de las más activas, celebra festivales y días de ciencia y cultura, familiariza a nuestros pueblos con la historia y la vida contemporánea de España y la URSS, enseña los idiomas ruso y español, realiza conferencias y seminarios conjuntos sobre cuantos problemas interesen a las sociedades soviética y española.
Permítanme que considere la decisión de la Universidad Politécnica de Valencia de otorgarme el Título de Doctor Honoris Causa como deseo de profundizar aún más las ya existentes y fructíferas relaciones de cooperación entre España y la URSS.
Por mi parte, les prometo que empeñaré todo mi esfuerzo para que así sea.
Una vez más, les agradezco el honor que me han concedido.